Autoempleo

Cuando comencé a introducirme en el mundillo de emprendedores, inversores, etc. conocí un término al que a veces se referían de manera despectiva: autoempleo. ¿A qué se referían realmente?

Los inversores suelen denominar autoempleo a un negocio rentable pero no invertible. Es decir, un negocio que no tiene expectativas de crecimiento suficientes como para que un inversor se interese. Porque lo que quiere un inversor es que su inversión se multiplique. Un inversor no quiere que le devuelvas el dinero que ha invertido. Quiere que le devuelvas ese dinero multiplicado muchas veces.

Al emprender un negocio y buscar financiación deberás hacer un cálculo de cuánto necesitas, y en cuánto dinero puedes convertir esa financiación. Es decir, qué retorno esperas. Si solamente aspiras a poder devolver el dinero y que te llegue para un buen sueldo, entonces tu negocio es un autoempleo.

No me gusta la palabra autoempleo. Será porque la he oído muchas veces usada de forma peyorativa. Un autoempleo es igual bueno que un negocio invertible. Pero deberás pensar si lo que vas a montar es o no un autoempleo. Y si lo es, no busques inversores privados (más allá de familia y amigos). En el caso de un autoempleo si necesitas financiación lo que debes hacer es pedir un préstamo a un banco o buscar financiación pública.

No obstante este es el significado que le dan los inversores a esta palabra. Pero realmente cualquier negocio que hayas creado para ti mismo es un autoempleo. Sea invertible o no. De hecho puedes crear un negocio propio que sea invertible y no querer inversión.

Negocios escalables

Muy relacionado con esto está el concepto de negocio escalable. Este concepto viene del concepto de Economías de escala en el que los costos unitarios de producción disminuyen al aumentar la cantidad de unidades producidas. Por ejemplo: fabricas ordenadores y cuantos más ordenadores fabricas más barato te sale fabricar cada ordenador.

Hay negocios en los que esto no es posible. Por ejemplo en un despacho de abogados. Un abogado por muy bueno que sea no puede atender más clientes más allá de los físicamente posibles con las limitaciones que conlleva su trabajo (necesidad de presencia en reuniones, tiempo,...). Así que si el despacho quiere atender más clientes necesitará más abogados. El coste de atener un cliente no se reduce significativamente por tener más clientes.

Sin embargo en el sector de las nuevas tecnologías los negocios escalables son muy frecuentes. Ya que en muchos casos los procesos pueden ser automatizando de modo que puedas multiplicar el número de clientes sin multiplicar tus costes operativos. Supongamos que por ejemplo que para atender a 100 clientes tienes un gasto de 100€, y atender a 100.000 clientes te supone un gasto de 10.000€, entonces, enhorabuena, has conseguido construir un negocio escalable. Ahora cada cliente te supone un coste 10 veces inferior.

Es evidente que a un inversor le interesa mucho más un negocio escalable.

Para terminar os recuerdo que en las II Cachirulo Talks hablaremos de financiación. Tanto de financiación propia como de financiación externa. Y veremos cómo una empresa con recursos propios ha facturado $3 millones. ¿Tampoco está mal el autoempleo, no? :) Y una firma de capital riesgo nos explicará en qué negocios invierte. ¿Te animas a venir?