Emprendedor y modelo de negocio
El elemento más importante de todo proyecto, es el emprendedor que lo va a llevar a cabo. Y por eso es importante que el modelo de negocio sea el adecuado para que se pueda alcanzar la visión, permitir la ambición y aprovechar el ego.
La visión de ser, de vivir un “formato de vida” que para el emprendedor supone aquel “formato” que considera como el de mayor calidad.
Se pueden y se crean proyectos cuyo modelo de negocio precise de aportaciones del emprendedor adecuadas a esa visión, es esencial pues sino la sensación de esclavitud de ser una herramienta del proyecto vencería sobre la idea importante de que el proyecto sea la herramienta para vivir como nos gustaría. Una de las razones más potentes cuando ves presentaciones de emprendedores.
La ambición existe, nadie debería negarlo y en muchos casos es preciso tener incluso iconos que permitan definir qué es lo que realmente se ambiciona. Y debe estar en línea con la visión de nuestro “formato de vida” ideal. Un emprendedor se enfrentará a retos continuos y si no tiene ambición le fallará la motivación. Es imposible mantener el esfuerzo sin unos objetivos concretos. Y esa ambición también influye en la idoneidad del modelo de negocio para permitir desarrollar un proyecto que no coarte la consecución de aquellos estados o cosas que ambicionamos.
El ego, y no por cantidad sino por sus valores, es importantísimo. Todo emprendedor tiene puntos fuertes como pueden ser su capacidad mediática, su capacidad de análisis del entorno, de gestión de la incertidumbre, de liderazgo, incluso su capacidad financiera, ¿porqué no?. Y el modelo de negocio tiene que considerar aquellos puntos fuertes. Más aún, aquellos que quiere el emprendedor que todo el mundo conozca y debe construirse de forma que puedan ser aprovechados.
Es inviable construir un modelo de negocio donde el emprendedor no “encaje”, donde no puede realizarse o no puede alcanzar el estatus por el que está dispuesto a luchar cada día.
No obstante para algo están también los equipos y es preciso que estos tres ámbitos de visión, ambición y ego estén perfectamente compartidos y repartidos.